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lunes, 28 de junio de 2021

Orquesta Míllara

 

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La Orquesta MÍLLARA


         Esta orquesta la creó José Cendón Riande, conocido en el pueblo como O Míllara, poco después de casarse y la bautizó con el apellido de su esposa: Míllara.

O Carballiño, rúa José Cendón "O Míllara" desde la Alameda. Marzo 2018.

José Cendón "O Míllara".

         En los años sesenta, la orquesta estaba formada por cuatro músicos. Horacio tocaba la trompeta, Arturo el saxofón, Avelino la batería y su titular, Pepe, el acordeón.

Orquesta Míllara: Horacio, Arturo, Avelino y Pepe. 1958. (Miguel Anxo, p. 165)
         Aunque eran músicos profesionales, la ocupación diaria de cada uno de ellos era otra. Pepe ejercía como representante de instrumentos de música. Horacio había hecho un curso de electrónica y se ocupaba de su tienda-taller en la plaza La Mina. Avelino tenía un taxi. Arturo trabajaba como barbero en la barbería de Fidel, sita en la esquina Este del cruce de Ourense.

O Carballiño, cruce de Ourense. Barbería Fidel.

Charla con 

Arturo Vázquez Bernárdez.

Vocalista y saxofonista de la orquesta Míllara.

Arturo Vázquez, delante de su domicilio. Al fondo, la estación de Renfe. Marzo 2017.


         Arturo, el único superviviente de la orquesta Míllara en la actualidad, nos comenta:
         “Empecé a aprender música a los dieciséis años con un vecino del pueblo que sabía. En un principio, toqué el contrabajo con una orquesta de Pazos do Arenteiro y a continuación me incorporé a la orquesta de Pepe.”
         “Me casé muy joven en el 1956, con 21 años, poco antes de ir a la «mili». Cuando venía de permiso, iba con Pepe de vocalista. Posteriormente, Pepe me instó a que probase de tocar el saxofón. Y seguí su consejo. A la vuelta de uno de sus viajes a Vitoria, vino con un saxofón nuevo. El viejo era ruin de todo y no sonaba nada. Poco a poco, nos fuimos modernizando. En el año 1966, compramos un equipo que tenía ya eco. Ahora que claro, estamos hablando de un amplificador que podía tener 80 o 120 vatios, cuando ahora tienen una potencia de más de 4000. Entonces nadie se nos quejó de que armásemos barullo y ruido.”

         “No recuerdo haber hecho una actuación más importante que las demás. Pepe tocaba muy bien el acordeón y los demás tratábamos de hacerlo siempre bien, pero dependía de cómo te encontrases ese día. Había días que estabas más inspirado que otros. A la gente le gustaba cómo tocábamos y éramos muy formales. Por eso, algunos pueblos nos contrataron seis años seguidos.”
         “Eso sí, no teníamos pretensiones. Componer, no compusimos. Hasta ahí no llegábamos. Y admirábamos a las orquestas que empezaron a funcionar con voces. Había alguna que era una maravilla. Una de las primeras orquestas que empezó a funcionar con voces fueron Los Player’s del Ferrol. Daba gusto escucharlos.”
         “Del 56 al 60 actuábamos en el entorno. A partir de 60 empezamos a desplazarnos lejos. Para ello, enviábamos nuestra publicidad a los principales ayuntamientos de Galicia y de las comunidades vecinas. Tocamos en Fonsagrada y, en la costa del cantábrico, fuimos a Fox, a Ribadeo a Vegadeo, a Castropol, a Truvia y llegamos hasta Cangas de Onís. Fuimos incluso hasta Cuadros, un pueblo de la provincia de León.”

La Región.  18 de agosto de 1962.

         “La orquesta llegó a ser interesante económicamente. Teníamos un caché moderado. Eso sí, cobrábamos el kilometraje y el alojamiento si era necesario pernoctar. A eso, se le añadía lo que considerábamos justo por nuestro trabajo. Entonces no era como ahora que todo funciona a través de un representante. Pepe negociaba directamente y llevaba la agenda de los desplazamientos.”

Programa de fiestas de San Ciprino, Septiembre de 1963.

         “No nos hicimos ricos, pero no estaba mal para entonces. Hubo momentos en que llegamos a trabajar 20 días al mes. Eso era en el verano. Pero luego llegaba el invierno y se trabajaba menos. Amenizábamos alguna boda y los bailes, porque había bailes los días festivos en todos los sitios. Como no había otra orquesta en el pueblo, éramos nosotros lo que tocábamos siempre en los bailes del Reque. Pero en algunas fechas determinadas, el dueño traía una orquesta de fuera para darle un poco más de ambiente al local. Nosotros, entonces, nos desplazábamos a Orense o a donde nos llamasen.”



La Región. 8 de septiembre de 1963. 

         “Mientras pude, compaginé el trabajo en la barbería con las salidas de la orquesta. Dejaba a un chico que me sustituía. Después, cuando el chico emigró a Alemania y quedamos Manolo y yo solos, cuando me ausentaba, como no trabajaba, no cobraba de la barbería. Normal.”

Faro de Vigo, 7 sepiembre 1963
         “Generalmente ensayábamos un día la semana. Los viernes, porque entonces había menos trabajo en la barbería. Ahora es el día de mayor ajetreo. Ensayábamos en un local de la Praza do Millo y también en otro que quedaba donde los helados la Ibense. Cuando animábamos los bailes del Reque, dejábamos allí los instrumentos y allí mismo ensayábamos.”

O Carballiño, Plaza do Millo: 1 - edificio donde ensayaba la orquesta. (Miguel Anxo, p. 46)

         “Yo algo ensayaba en casa. Pero no mucho. La barbería es un trabajo muy esclavo. No tienes horario, no se cerraba mientras había clientes, porque si cerrabas se iban a otra barbería. Entonces al llegar casa, no tenías muchos ánimos para coger el saxo. Por otro lado, si fuese una guitarra o un instrumento poco estridente podías tocar, pero un saxo por la noche…”
         “Pepe tocó el acordeón hasta 1972. Avelino nos abandonó un poco antes, enfadado, porque no utilizábamos su taxi para desplazarnos, ya que Pepe había comprado una furgoneta y la utilizábamos para tal fin. En el 74 la orquesta desapareció como tal. Yo estuve tocando poco tiempo con una orquesta de Ourense.”
         “Dejar la orquesta me resultó penoso, me encontraba como aislado. Mis compañeros eran mis amigos, con los que me reunía casi todos los fines de semana para tocar. Si no tocábamos, nos reuníamos igual. Pero murió Pepe y luego los otros dos y no tuve más remedio que hacerme a la idea. La pesca…”
19 de julio de 2016.




Charla con
Rogelia Míllara
Octubre de 2017.



Rogelia Míllara (taquillera del Alameda). Melón, octubre , 2017



         «Me llamo Rogelia Míllara, pero mi marido Pepe, que se apellidaba Cendón Riaño, adoptó mi apellido para crear la orquesta Míllara. Como mucha gente en Carballiño ignora este detalle, soy para ellos Rogelita, la viuda de Míllara.»

         «Mi marido era una persona fabulosa y con una excelente personalidad. Era un hombre muy bueno, querido por todos y bien considerado. Tenía amigos en todas las partes, porque era una persona íntegra.»

         «Tanto es así que cuando mi hijo Miro montó la tienda de instrumentos musicales en Vigo, se puso en contacto con casas vascas para conocer precios y condiciones. Cuando se enteraron de que era hijo de Pepe Cendón, le dijeron que por ser hijo de quien era tenia las puertas abiertas para lo que desee, porque su padre había sido siempre un cliente excelente y cumplidor.»

         «Por tal motivo, años antes, la casa Sajarcisa de San Sebastián le regaló a mi marido un acordeón con sus iniciales. El instrumento llegó a Ourense tiempo después de morir Pepe. Él falleció en accidente de tráfico el 19 de enero de 1978, va a hacer pronto 40 años. Se desplazaba en coche a Santiago con Jolper y una hija de este que estaba estudiando psiquiatría. Coincidió que, un día que fui a visitar a la viuda de Jolper, llegó el acordeón. Lo traje yo y vine toda orgullosa con él acordeón colgado por todo Ourense. Es mi hijo el que lo tiene. Hace años, le daban por el aparato un millón de pesetas.»

        «Nos casamos muy jóvenes. Yo tenía dieciséis años y él dieciocho. Tuve dos abortos a los 17 y 18 años. Mi hijo Miro nació en 1951, cuando yo tenía 19 años y mi hija, que acaba de fallecer, en 1953. Miro está ya jubilado. Pero sigue animando bodas y todo tipo de eventos. Toca el acordeón y el órgano y hace arreglos musicales. Mi hija recientemente fallecida, hizo secretariado. Tengo la suerte de tener un hijo maravilloso y un yerno y una nuera estupendos. Soy abuela y bisabuela. Una nieta es médico Pediatra y está ejerciendo en Sevilla, donde se casó.»

         «Puedo decir que fuimos un matrimonio muy feliz. No podía acompañar a mi marido cuando la orquesta se desplazaba porque yo trabajaba, pero él me tenía al corriente de todo. En su momento me comentó que te había propuesto que formaras parte de la orquesta como contrabajo y guitarra. Tú querías, pero como eras entonces menor de edad, tu madre se negó a darte la autorización para tocar como profesional.»

         «Pepe tocaba ya cuando nos casamos. Pero la orquesta la montó una vez casado. Pepe tocaba muy bien el acordeón, pero no compuso nada. Él era el alma mater de la orquesta. »

         «No solía ensayar en casa. El sitio en el que más tiempo ensayó fue en el local que se encontraba Praza do Emigrante. Se lo tenía alquilado a Redondo. Cuando Pepe murió, nada pedí por dejar el local, pero Redondo me dio cuarenta mil pesetas.»



O Carballiño, el pequeño local de ensayo de la orquesta se encontraría bajo las ventanas del edificio de la izquierda. Febrero, 2018.


         «Yo empecé a trabajar muy pronto de taquillera en el Cine Alameda. Me cayó en suerte conocer a gene importante y a artistas famosos, como Aurora Bautista, Antonio Machín, un tenor muy conocido y Antonio Molina, entre otros. Tuve ocasión de acudir con alguno de ellos a la pista de baile de verano que tenía Cholín Cortés yendo para el parque.»



Soportales del cine Alameda. Rogelia Míllara (taquillera), entre Celia Silva (acomodadora) y Rizo (fotógrafo) 


         «Asistí con mi hijo Miro a la función que Los Poker disteis en 1963, en el cine Alameda, tan pronto como cerré la taquilla. Tuvimos que subir a gallinero porque la sala de butacas se abarrotó. Nos gustó cómo tocabais. Lo hicisteis muy bien. Fue lástima que no siguierais.»         

         «Como detalle curioso te puedo comentar que la ventanilla de la taquilla del cine tenía unas barras de aluminio para que la gente no pudiese meter las manos. Pero algunos días era tal el ansia de la gente por coger las entradas que terminaron arrancando todas. No quedo una.»

         «Ya recordarás que iba mucha gente al cine y, sobre todo, a la función de las ocho. Como a esa hora las entradas estaban numeradas, yo siempre reservaba algunas para gente que me las encargaba. Luego me daban propina. Yo quitaba bastante dinero de propinas. Sabía llevar el negocio. Nunca tuve problemas ni con el jefe ni con las compañeras. Román era estupendo y siempre nos respetamos mutuamente.»

        «Eran los domingos cuando menos nos veíamos, porque yo tenía que estar en la taquilla del cine y mi marido animaba con la orquesta los bailes en el Reque y en otras salas de baile de fuera de Carballiño.»

         «Era raro que mis hijos y yo pudiésemos acompañarlo. Pero una vez que la orquesta estuvo tocando en Foz y después en el casino de Viveiro durante una semana durante las fiestas, pudimos ir con él y aprovechar la playa. Los músicos se hospedaron en un hotel y nosotros, los cuatro, estábamos en una casa particular que nos facilitó el hotel.»

         «Aprovechábamos los días que yo libraba en el cine para viajar juntos. Nos gustaba recorrer la costa de Lugo, de Vivero a Burela. Era a Burela donde más íbamos. Allí todo el mundo conocía a mi marido y si aparecíamos por el puerto, veníamos cargados de pescado para toda la familia.»

         «Nos llevábamos bien con todos los de la orquesta y sus familias. Pero no teníamos la ocasión de frecuentarnos los cuatro matrimonios, porque las mujeres trabajábamos y los fines de semana y las fiestas ellos se desplazaban. La orquesta tenía éxito y trabajaban mucho. Eran formales y lo hacían bien. Por otro lado, aunque ellos nos salieses a tocar, para mí el sábado y, sobre todo, el domingo eran los días de más jaleo en el cine.»

        «Cuando Avelino se fue y luego lo dejó Arturo, Pepe le pasó la orquesta a mi hijo. Él también toca el acordeón, el órgano y hace arreglos.»

        «Fue entonces cuando mi marido se puso a trabajar con Jolper de Ourense de jefe de ventas. Viajaba a las Vascongadas, a Cataluña, a Alemania, a Italia, porque allí se encontraba la casa Fortis, con la que más trabajaban.»


         «Viajando a Santiago, murió. Pero su memoria sigue viva para mí, para sus hijos y pienso que para mucha gente en Carballiño.»

O Carballiño, rúa José Cendón "O Míllara" desde la calle Aldara, Marzo 2018.



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